viernes, 17 de octubre de 2008

Voluntariado Corporativo

Cada vez más se habla del tema de la responsabilidad social corporativa o empresarial (RSC/RSE), y me da la sensación de que el concepto no se llega a aterrizar y muchas veces no hay una serie de prácticas que soporten esta declaración de principios éticos.
La parte teórica en la que se discute la ética de la empresa, ¿qué le es lícito hacer o dejar de hacer? ¿cuáles son sus responsabilidades morales?,... son un buen principio para diseñar el marco teórico, pero con esto, todavía nos quedamos sólo con una palabra demasiado abstracta para generar ningún cambio.

Dentro de las políticas de RSE han ido surgiendo muchas buenas prácticas, que aun no entiendo porque son parte de esta responsabilidad SOCIAL corporativa, pero que me alegro que estén ahí, como puede ser la reducción de emisiones contaminantes, o la transparencia financiera. Digo que no entiendo, porque aunque las concibo como parte de una política responsable, no dentro de una política social, si no medioambiental o financiera. Conceptos, en cualquier caso, que tampoco me perturban demasiado.

Hago esta distinción porque cuando me encuentro con políticas como el voluntariado corporativo, que sí que entiendo que son sociales, ya que suponen una intervención social.

Para la gente que no lo sepa, y los pocos que no lo intuyan, el voluntariado corporativo viene a ser la práctica en la que la empresa facilita de alguna forma que sus empleados hagan labores voluntarias.
Dentro de esto hay un amplio rango de versiones, que se adaptan a las necesidades de cada empleado y empresa. Cuando más flexibilidad, mejores condiciones para los empleados, y un mejor employer branding.
Por poner algunos ejemplos. Algunas empresas tienen acuerdos con ONGs, y se realizan activiades con los empleados: desde clases a niños en barrios marginales, a visitas a hogares de ancianos. Otras empresas dejan que los empleados tomen una tarde libre para que hagan voluntariado con una ONG elegida por el propio empleado. Uno que me ha sorprendido bastante, y lo encuentro muy adecuado para la atracción de talento, es el permitir años sabáticos para que los empleados vayan a otros países a hacer voluntariado (si mal no recuerdo, algo oí de ING haciendo esto). También me parece muy interesante el voluntariado interno, en el que empleados más cualificados den clases a sus compañeros o a familiares de sus compañeros ( se puede crear una pequeña clase de inglés, informática,... teniendo como profesores a empleados más cualificados).

Las posibilidades son muchas, y todo dependerá del ojo que tenga el responsable de acciones sociales de una empresa a la hora de personalizar esta política.

Además de las opciones anteriores que he comentado, más centradas en la intervención socio-comunitaria. También hay otras versiones que aprovechan las capacidades de gestión de los trabajadores del sector privado, y se ayuda con el diseño de la web de una ONG, o a gestionar financieramente centros comunitarios,...

Si aceptamos la idea de que el mundo está volviéndose más activo en la parte social, de lo cual tampoco tengo pruebas, quizá no es mala idea, en aras de mejorar nuestro employer branding, dedicarle un tiempo a diseñar una buena política de voluntariado corporativo.
Además, se está viendo que estas prácticas tienen un impacto muy positivo en los grupos de trabajo, que se involucran en una tarea difícil que probablemente les va a perturbar y entristecer, esto canalizado en grupos de discusión posterior, puede ayudar a aumentar los vínculos emocionales entre los empleados.

Para finalizar el artículo sólo una pequeña advertencia que creo necesaria para toda empresa que se plantee hacer voluntariado corporativo. El ir esporádicamente a un centro de cualquier tipo, y no vincularse es un gran error. Primero por que no hay cambio social, ya que este cambio viene con la confianza que las personas en necesidad pueden tener contigo; segundo, porque en el voluntario no habrá ningún impacto, sentirá que lo que hace, aunque esté bien, no merece la pena. Necesitamos ver los resultados, y el resultado del cambio social viene con el tiempo. Un niño no aprende a leer en un día, ni un sin techo recupera su autoestima,... Si no nos vinculamos, no merece la pena, y, probablemente, sólo generaremos malestar entre los empleados y los beneficiarios sociales.